BIBLIOTECA
MESTRE MARTI I TAULER
CLUB DE LECTURA
– VEUS DE DONES
Rubí, 09/05/13
KEN FOLLETT
ALTO RIESGO
SINOPSIS
Una misión de alto riesgo protagonizada por seis valientes mujeres dan cuerpo a esta nueva y apasionante novela. En ella Ken Follett quiere rendir un homenaje a todas aquellas mujeres que arriesgaron sus vidas para realizar peligrosas operaciones como agentes encubiertos durante la Segunda Guerra Mundial. Una acción trepidante y unos personajes cautivadores son los principales ingredientes de esa historia destinada a convertirse en un clásico del género bélico.
EL AUTOR
KEN FOLLETT
Ken Follett, autor de más de una docena de best sellers, ha sido aclamado en más de una ocasión como un narrador nato; sin embargo, y si se analiza su juventud, tal vez resultaría más apropiado decir que se educó para serlo.
Ken Follett nació en Cardiff (Gales) el 5 de junio de 1949, en el
seno de una familia profundamente religiosa. Fue el mayor de tres hermanos, y
sus padres, Martin y Veenie Follett, no permitían a sus hijos ver la
televisión, ir al cine o escuchar la radio. La mayor fuente de distracción para
el joven Ken eran los cuentos que le narraba su madre y las fantasías y
aventuras que imaginaba él mismo. Empezó a leer muy pronto; los libros se
convirtieron en su mayor placer y la biblioteca en su lugar favorito: «Yo no tenía muchos libros y siempre estaré
agradecido a la biblioteca pública. Si no hubiera podido acceder a aquellos
libros gratuitos, nunca me habría convertido en un lector voraz, y si no eres
lector, jamás podrás ser escritor».
Cuando tenía diez
años, la familia se trasladó a Londres, donde continuó con sus estudios. Años
después se matriculó en Filosofía en el University College, una elección tal
vez sorprendente para el hijo de un inspector de Hacienda, pero obvia para Ken
dada su educación religiosa y todos los interrogantes que esta le había
planteado. Cree que esa elección marcó su futuro como escritor: «Hay una conexión real entre la filosofía y la
ficción. En filosofía tratas cuestiones tales como: “Estamos sentados a esta
mesa, pero ¿es real esta mesa?”. Una
pregunta tonta, pero cuando estudias filosofía, tienes que tomarte en serio
este tipo de cuestiones y desarrollar una imaginación fértil. Escribir
ficción es lo mismo»
Plantearse qué era
o no era real dentro de las aulas de la Universidad era una cosa, y otra muy
distinta fue convertirse en marido y padre. Cuando Mary, su novia, se quedó
embarazada, la joven pareja decidió contraer matrimonio al finalizar el primer
trimestre de estudios. Su hijo Emmanuel nació en julio de 1968: «No es lo que uno planea hacer cuando acaba de
cumplir dieciocho años pero, una vez ha ocurrido, resulta muy emocionante. Me
sentía doblemente rico: estaba pasándomelo muy bien en la universidad y, al
mismo tiempo, era extraordinariamente emocionante tener un bebé y cuidarlo. Lo
queríamos y era encantador. Aún lo es».
También fue en la
Universidad donde Ken Follett comenzó a desarrollar su pasión
por la política. Finalizaban los años sesenta y la guerra de Vietnam estaba en
su apogeo. «Todo el tiempo estábamos
discutiendo sobre política. Parecía como si la protesta estudiantil fuera
un fenómeno mundial. Éramos jóvenes y teníamos la arrogancia de la
juventud; sin embargo, y si miramos todos los temas por los que luchamos, creo
que teníamos toda la razón».
Los comienzos
En septiembre de
1970, recién salido de la Universidad, Ken Follett
realizó un curso de posgrado en periodismo que le pondría en el camino para
convertirse en escritor. Comenzó a trabajar como reportero para el South Wales Echo en su Cardiff natal y,
tras el nacimiento de su hija Marie-Claire en 1973, como columnista para el Evening News de Londres. Cuando
comprendió que nunca llegaría a ser el exitoso periodista de investigación que
había soñado, decidió dedicarse a escribir ficción por las noches y los fines
de semana.
En 1974 abandonó
el periódico y comenzó a trabajar en Everest
Books, una pequeña editorial londinense. Las horas libres dedicadas
a escribir dieron como fruto la publicación de varios libros, ninguno de los
cuales se vendió muy bien. Sin embargo, siempre contó con el apoyo y
los consejos de Al Zuckerman, su agente literario en América.
Por fin llegó el
momento en el que ambos supieron de Ken Follett había
escrito una obra ganadora: La isla de
las tormentas. Zuckerman le dijo: «Esta novela va a ser algo grande, y a partir de ahora tendrás
problemas con los impuestos sobre ganancias».
La fama
La isla de las tormentas
fue el libro que catapultó la carrera de Ken Follett como
autor de best sellers. Publicado en 1978, ganó el premio Edgar
y ha vendido más de diez millones de ejemplares. El éxito obtenido le permitió
dejar su trabajo y alquilar una villa en el sur de Francia para dedicarse a
tiempo completo a su siguiente novela: Triple. «Me
preocupaba mucho no poder repetir lo que había logrado. Les ocurre a muchos
escritores. Escriben un primer libro estupendo, pero el segundo no es tan bueno
ni vende tanto como el primero, el tercero no es nada bueno, y el cuarto ya ni
lo escriben. Sabía que podía ocurrirme lo mismo, y trabajé muy duro en Triple
para hacerlo tan emocionante como La isla de las tormentas»
Tres años más
tarde, la familia Follett regresaba a Inglaterra. Ken extrañaba el cine, el
teatro y todos los alicientes que podía ofrecerle Londres, y además quería
votar. Fijaron su residencia en Surrey y Ken se implicó en las campañas
electorales del Partido Laborista. Fue entonces cuando conoció y se enamoró de
Barbara Broer, secretaria de la rama local del partido, con quien se casó en
1984. En la actualidad la pareja vive en una vieja rectoría de Hertfordshire,
que también es el hogar de los hijos de Ken Follett, los
de Barbara y la de sus parejas e hijos. Barbara es representante parlamentaria
de Stevenage desde 1997 (renovó su escaño en las elecciones de 2001 y 2005) y
fue nombrada Minister of Equality
del gobierno de Gordon Brown.
Ken Follett la ayudó en su campaña y colabora en otras
actividades de su partido. Sin embargo, y a pesar de sus compromisos, nunca ha
permitido que los asuntos políticos interfirieran con la literatura. Se sienta
a escribir después del desayuno y continúa hasta las cuatro de la tarde: “Soy madrugador. Tan pronto como me levanto de la
cama tengo ganas de sentarme en mi escritorio. Cuando cae la tarde quiero
relajarme, comer, beber y dedicarme a todas aquellas tareas que no me reportan
tensión”.
En las estanterías
Ken Follett ha escrito veinte novelas en los últimos veinticinco
años. Las cinco primeras fueron best sellers dedicados al espionaje: La isla de las tormentas
(1978), Triple (1979), La clave está en Rebeca (1980), El hombre de San Petersburgo (1982) y El valle de los leones (1986). En Las alas del águila (1982) relataba
la historia verídica del rescate de dos empleados de Ross Perot durante la
revolución de 1979 en Irán.
En 1989 sorprendía
a sus lectores con un cambio radical en la temática de sus historias. Ese año
publicaba Los pilares de la tierra,
una novela que narraba la construcción de una catedral durante la Edad Media.
El libro recibió críticas entusiastas y permaneció durante dieciocho semanas en
la lista de los libros más vendidos del New
York Times. También encabezó las listas en Canadá, Gran Bretaña e
Italia, y se mantuvo entre los más vendidos en Alemania durante seis años.
Las tres novelas
siguientes, Noche sobre las aguas
(1991), Una fortuna peligrosa
(1993) y Un lugar llamado libertad
(1995) se enmarcaban más en el género de suspense que en el thriller, al que
regresó con El tercer gemelo
(1996). Según el estudio anual de los best sellers internacionales publicado
por Publishing Trends en
1997, este libro ocupó el segundo puesto en ventas a nivel mundial,
inmediatamente después de El socio,
de John Grisham. Luego vieron la luz En
la boca del dragón (1998), otro relato actual de suspense, y Doble juego (2000), un thriller con
la Guerra Fría como telón de fondo.
Ken Follett regresó a la época de la Segunda Guerra Mundial para
ambientar sus dos siguientes novelas: Alto
riesgo (2001), un thriller sobre un grupo de mujeres lanzadas
en paracaídas sobre Francia, con la misión de destruir una central telefónica
de vital importancia (y que fue galardonado en el 2003 con el Premio
Corine), y Vuelo final
(2002), que trata sobre una intrépida pareja danesa que huye a Gran Bretaña
desde la Dinamarca ocupada en un biplano Hornet Moth reconstruido, y portando
información trascendental sobre un nuevo sistema de radar alemán. Les
seguiría En el blanco (2005), un thriller contemporáneo
centrado en el robo de un virus letal de un laboratorio de investigación.
Ambientado en las Highlands de Escocia durante unas navidades, en las que la
zona queda aislada debido a una fuerte tormenta, explora la envidia, la
desconfianza, la atracción sexual, la rivalidad, la traición encubierta, y la
heroicidad que aparece en los individuos en quien menos se espera.
En 2007 aparecía
su novela, Un mundo sin fin,
la esperada secuela de Los pilares de la
tierra. El autor regresaba a Kingsbridge doscientos años después, y
los protagonistas eran los descendientes de algunos de los personajes de
aquella novela, cuyos destinos se veían truncados por la Peste Negra, la
terrible plaga que asoló Europa a mediados del siglo XIV. El libro se situó
directamente en el número uno de las listas de los libros más vendidos en
Italia, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Francia. En España se convirtió
de inmediato en un éxito editorial y fue uno de los libros que ha vendido
más ejemplares en menos tiempo.
Ken Follett recibió en el 2008 el Premio Olaguibel del Colegio Oficial de Arquitectos
Vasco-Navarro por su contribución a la promoción y a la difusión de la
arquitectura. En enero de ese mismo año, se erigió una estatua en su honor,
esculpida por el distinguido artista español Casto Solano,
que fue instalada frente a la Catedral de Santa María, en Vitoria-Gast
Deleites visuales
La isla de las tormentas fue
llevada al cine bajo el título de El ojo
de la aguja, igual que otras de sus obras: La clave está en Rebeca, El valle de los leones, El
tercer gemelo y En el blanco.
Las alas del águila y Los pilares de la tierra se
convirtieron en miniseries de televisión, la última producida por los
hermanos Tony y Ridley Scott y estrenada en Cuatro en septiembre del 2010. La
misma cadena emitirá próximamente la miniserie basada en Un mundo sin fin.
Placeres de la vida
Los grandes
placeres de Ken Follett, aparte de las personas
a las que ama, son la buena comida y el buen vino, las tragedias de Shakespeare
y, sobre todo, la música, que siempre ha ocupado un lugar especial en su vida
(sus padres son ambos pianistas). Ken toca la guitarra en un grupo llamado Damn
Right I’ve got the Blues
y ha grabado con ellos en el sello Don’t
Quit Your Day Job Records (“No dejes tu trabajo diario”), muy
apropiado para un hombre que no hace alardes sobre su talento musical: «Siempre he tocado bastante mal la guitarra. Creo
que es importante tener algo que haces relativamente mal, sobre todo si tu
personalidad te impulsa a alcanzar tus objetivos y a superarlos con creces.
Tocar en un grupo es una actividad muy sensorial, mientras que escribir es
totalmente cerebral. Mis libros tienen un argumento muy tramado, como ocurre
con toda novela de ficción popular, así que siempre estoy pensando en la
mecánica de la historia. Tocar en un grupo es absolutamente sensorial. Hay una
conexión entre los oídos y la yema de los dedos que no pasa por el cerebro
consciente». En el 2009, Ken Follett y su
banda actuaron como invitados en la Feria del Libro de Madrid, donde ofrecieron
un concierto a los libreros españoles.
La hora de compartir
A pesar de su
ajetreada vida, dedicada al trabajo, la familia y la política, Ken
Follett también
consigue rescatar tiempo para sus compromisos con la comunidad. Es el
presidente de Dislexia Action, miembro del consejo
de administración del National Literacy Trust, socio de la Royal Society of Arts,
miembro del consejo escolar del Roebuck Primary School and Nursery,
y presidente de honor del Stevenage Community Trust.
Asimismo, es Doctor Honorífico en Literatura por
la Universidad de Glamorgan, en su Gales natal.
Extraído
de:
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