miércoles, 20 de febrero de 2013

TRABAJO DEL LIBRO TE DARÉ LA TIERRA




BIBLIOTECA MESTRE MARTI I TAULER
CLUB DE LECTURA – VEUS DE DONES
Rubí, 08/11/2012

CHUFO LLORÉNS


TE DARÉ LA TIERRA





          

SINOPSIS

La historia de un joven campesino que logra cambiar su destino con la esperanza de prosperar y hacerse merecedor del amor de una joven de alcurnia, se entremezcla con la del conde de Barcelona, cuyos amores adúlteros sumen a la ciudad en un peligroso conflicto político. Una novela que une, con maestría, ficción e historia para recrear una Barcelona en la que los pactos, el linaje, las intrigas palaciegas, la ambición comercial y la convivencia entre religiones se tiñen con las emociones más intensas.

 

EL AUTOR

CHUFO LLORÉNS


Nacido en Barcelona en 1931, Chufo Lloréns se licenció en derecho. Pero, como le gusta decir, la vida es una bajada en patines: al principio los llevas tú y al final te llevan ellos. Durante toda su vida ejerció como empresario del mundo del espectáculo y fue al jubilarse cuando pudo dedicarse libremente a la creación literaria y especialmente a su mayor pasión, la novela histórica.
Extraído de:

En 1986 Chufo Lloréns escribió su primera novela, Nada sucede la víspera, que se convirtió en una de las finalistas del premio Planeta de ese mismo año. Lloréns es autor también de La otra lepra (1993), Catalina, la fugitiva de San Benito (2001) y La saga de los malditos (2003). Buscador de las pequeñas historias de la historia, Te daré la tierra, a la que ha dedicado cuatro años, es una novela situada en uno de los momentos más apasionantes de Barcelona, la Alta Edad Media. La ciudad es el escenario de dos historias marcadas por el amor y la ambición. La primera es la de Martí Barbany, un joven campesino que cruza las murallas con la esperanza de prosperar. La segunda es el romance histórico del conde de Barcelona y Almodis de la Marca. Aventura, traición, honor y venganza se cruzan en una historia inolvidable.
¿De dónde surge su interés por la historia?
Yo soy un apasionado de la historia de siempre y lo debo a dos hechos definitivos. Un hermano de mi madre estuvo en la guerra de África y perdió la pierna. Ya en la posguerra lo hicieron alto jefe en el Museo del Grito de Madrid. Para mí, con diez o con once años, irme a Madrid con mi tío al Museo del Grito era una locura, era Alicia en el País de las Maravillas. Llegábamos al museo y mi tío, que tenía que ir al despacho, le decía al conserje: «Que el niño no salga del segundo piso.» Y el niño se echaba en el catre de campaña de Carlos V, el niño cogía la espada del Cid. Otro día tocaba el tercer piso: me metía con Filipinas, con Martín Cerezo… Mi pasión por la historia viene indiscutiblemente de aquí y después, cuando tenía 20 o 21 años y estaba en segundo de carrera, cayó en mis manos un libro de un autor que para mí es maravilloso, Alejandro Núñez Alonso. Me metí tanto que ya ni salía los domingos. Eran libros muy gruesos y uno fue llevando al otro. Fue el primer autor de novela histórica que leí y me marcó mucho. Luego, como yo digo, la vida es como una bajada en patines que te lleva por raros sitios... Me dediqué al mundo del teatro y, cuando ya me jubilé, le dije a mi mujer que me quería dedicar a escribir, concretamente a escribir novela histórica, que es mi pasión por lo distraída que es y lo que comporta prepararla. Y dedicar mi tiempo libre a hacer lo que me gusta ha sido un gran placer y darlo al público y que lo acepte es muy bonito.
Una novela histórica como Te daré la tierra imagino que exige un gran proceso de investigación. ¿Cómo lleva a cabo el proceso de documentación y la elaboración de la novela?
Hasta que tengo una idea clara, no me pongo a escribir. Tengo que tener un tema que me apasione y entonces empiezo a profundizar en él. Trabajo con alguien que me ayuda en el proceso de documentación durante un año o un año y medio y, una vez lo tengo todo claro en el corcho de mi despacho, la cronología, los personajes principales, los secundarios… me pongo a escribir. Soy bastante metódico, escribo por la tarde y noche. Mi técnica son capítulos cortos, que cuando el lector está muy entusiasmado entra en un nuevo capítulo e intento que en el segundo párrafo ya esté enganchado de nuevo. Al final todas las tramas y subtramas confluyen para desenlazar la obra. Decía un autor teatral que el primer acto de una comedia lo escriben cien, el acto puente lo escriben treinta, y sólo dos acaban. Poner en alza una novela con muchos misterios y que acabe en una tontería es fácil. Yo creo que lo importante es que la primera parte enganche, la parte media cree intriga, y el desenlace sea coherente y sorpresivo, que el lector no diga «Qué tontería, esto no puede ser», sino que diga «Puede ser, pero no me lo esperaba». Creo que es fundamental. Si no lo consigo, como mínimo lo intento. Luego ya está en manos de lector la opinión que le merezca el libro.
El trágico final de Almodis y de los gemelos de Ramón Berenguer se empieza a intuir en el libro. ¿Es posible una segunda parte?
Estoy trabajando en la segunda parte. Pero, como a mí no me gusta que al final de una novela ponga «Continuará» y como no deseo a los demás lo que no deseo para mí, será una novela independiente. El que haya leído Te daré la tierra, mejor porque tendrá una secuencia, pero no habrá necesidad, pues ambas novelas podrán leerse de manera independiente.
Qué le atraía del siglo XI, de ese periodo dónde ha situado su historia?
Primero una obligación que creo que tenía con mi padre, que era catalán. Y, después, la Alta Edad Media en Barcelona es impresionante. La forja de una ciudad, la forja del destino de mucha gente y la formación de un estado que después devino en Cataluña. Barcelona era una ciudad naciente, donde el título de ciudadano era importantísimo, un estatus social más de los tres que había en el resto de la península. Además, pasar del siglo X al XI fue un trauma, se pensaba que se acabaría el mundo. Había todo un entorno medieval de mucha superstición que se alargó hasta el siglo XIII. Por otro lado, en la historia del siglo XI, busqué las pequeñas historias de la historia. La gente no la conoce. Saben los grandes rasgos, pero no la pequeña historia. Por ejemplo, el naipe se introdujo en Madrid en el siglo de Felipe IV y nadie sabe por qué se llaman naipes a las cartas. Las introdujo un italiano, Nicola Passoto, que firmaba N y P y de ahí, naipe.
De dónde surge el personaje de Martí Barbany?
Está basado en el personaje histórico de Ricard Guillem, tratado en el libro de José Enrique Ruiz-Domènec Ricard Guillem o el sueño de Barcelona. El libro es una biografía porque es un personaje que existió. De su casa todavía queda un muro en el sótano del bar El Paraigües, en Barcelona.
¿Qué hay exactamente de Ricard Guillem en el protagonista, Martí Barbany?
Todo. Llega de fuera, cómo empieza a crecer, se dice que siempre compró, nunca vendió. Siempre hacía tres partes, una para reinvertir o comprar más, una para mantener a su familia y otra para mantener sus negocios. Llegó a ser un hombre de confianza del conde. Se hizo amigo del Cid y le llevó a Valencia el Campi Doctori, un canto de alabanza que hicieron de nobles catalanes, para congraciarse con él y pedir la mano de su hija María Rodrigo. Fue la primera esposa de Ramon Berenguer III El Grande. Ella, como agradecimiento a ese matrimonio, lo hace noble en Barcelona. Un personaje de gran importancia para la ciudad. Lo llamaban Ricardus Barcelonensis, Ricardo de Barcelona, y sólo con eso ya se sabía de quién se hablaba.
¿Y el personaje de Bernat Montcusí es totalmente fruto de su imaginación?
No es totalmente fruto de mi imaginación, sino que está inspirado en un personaje de otra historia que he transportado a Barcelona. Pero la gente que ha medrado alrededor de los reyes y de los condes ha sido mucha y muy abundante. Y a muchos de ellos les cortaron la cabeza. Secretarios de la época decían que estar demasiado cerca de los condes quemaba y demasiado lejos te dejaba helado. Estar cerca del poder es interesante, pero a cierta distancia.
¿Y de dónde surgió la idea de Barcelona iluminada con petróleo?
Eso no es histórico, pero buscaba una manera con la que Martí Barbany se hiciera muy rico y de manera espectacular. Y además también buscaba un motivo para su viaje. Yo siempre digo que a los libros les sobra el 20% y yo procuro que en mis libros no haya nada de lo que se pueda prescindir. Si alguien encuentra en mi novela algo que no sirve para nada, que me lo diga, que lo quito. La poesía, por decirlo de alguna manera, es bonita pero debe ser también útil. Cada uno escribe como le gusta leer y los gustos son muchos.
¿El título de Te daré la tierra tiene algún tipo de connotación bíblica o religiosa?
Al principio de escribir el libro, el título era Tibidabo, el monte de Barcelona, y como subtítulo Te daré la tierra, en rememoración de la tentación del diablo a Jesús cuando le dijo «Si me adoras, te daré la tierra». Pero gustó más el subtítulo porque a diferencia de Tibidabo, que a lo mejor no todo el mundo lo conoce, era más fácil de entender. Te daré la tierra significa te concederé una tierra donde se viva sin odios, sin que te juzguen, donde haya igualdad.
Te daré la tierra es una novela con mucha aventura. ¿En qué estilo y autores se ha inspirado?
Yo siempre he admirado a autores como Alejandro Dumas o Víctor Hugo, que hacían folletines. Un folletín es un tipo de novela donde pasan muchas cosas, pero con un fundamento de verdad, por ejemplo Los tres mosqueteros es perfecto, muy bien documentado. Ahora hay cierto prejuicio hacia los best-seller. Hay que ir con cuidado. Es como un cine de autor o una película que guste a mucha gente. El hecho de llegar a mucho público no quiere decir que vaya en detrimento de la calidad. Por ejemplo, yo tengo un escribir muy barroco, me gusta que tenga un barniz de antiguo, y a veces me paso. Es bueno que te lean desde fuera para corregir eso y poner el libro al alcance de todo el mundo.
Al final de la obra usted dice que no deja de ser una novela y que pretende hacer pasar un buen rato. Sin embargo, encontramos detalladas con exactitud las fuentes de dónde procede la información, hay una bibliografía al final e incluso indica las licencias históricas que se ha permitido. ¿Cuál era su objetivo?
Yo hago la comparación de cuando Joan Manuel Serrat empezó a cantar a Machado o Alberti y alguien que lo escuchara se empezara a interesar por la obra del poeta. Si a través de Te daré la tierra un señor compra una biografía de Salvador Madariaga o una obra de Claudio Sánchez-Albornoz, si ha subido un escalón en su afán por saber, ya he ganado. Procuro que mi obra tenga una utilidad histórica y que se aprenda algo. Siempre agradezco a la prensa la difusión que hace de la lectura, porque un país que lee es un país ordenado y un país ordenado es un país de paz.
Extraído de:
http://www.circulo.es/Noticias/188823ID.aspx

Declaraciones y poética:
-         "Ahora la que se lleva es la novela histórica que elucubra con misterios, de ciencia ficción, y para mí, sin embargo, la historia es un lugar donde colocar mis personajes".

- "El rigor
histórico para novela es relativo. Yo huyo de lo que no se ciñe en lo grueso a la verdad".

- "Los que falsean la
historia y no son honestos con los que la aman no se molestan en estudiarla, sólo les importa sacar una novela cada año. Pero a partir de ahí el lector va donde quiere ir. Hay una diferencia notable entre un escritor que se ha documentado, que ha estudiado la historia, que es honesto y el que sólo está en esto porque vende".

- "Yo no voy de un principio a un final, sino que me muevo de un principio a un punto por donde la
novela debe pasar, lo que yo llamo las estaciones intermedias".

- "La primera parte de la
novela nos debe enganchar, la parte media debe intrigar y el final debe ser coherente a la vez de sorprendente".

- "A mí me basta con que un
lector me venga y me diga que ha disfrutado leyendo mi novela. Llegada a cierta altura de la vida, uno ya no escribe por dinero, sino por placer".

- "Yo prefiero considerarme como un
narrador, no como novelista. Lo que pasa que la novela me permite llegar a más público y traspasar el tiempo".

Extraído de:

Entrevista digital a Chufo Llorens. Recomiendo leer.
Consultable en:

Bibliografía
- Te daré la tierra
- La saga de los malditos
- Catalina, la fugitiva de San Benito
- La otra lepra
- Mar de fuego

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